Saturday, January 16, 2010

DIOS Y LAS MUJERES

Cuando los fríos nos agobian por estos lados, (en Toronto la temperatura -20) literalmente hay que escapar de congelarse; no queda más remedio que leer,que por demás es un escape rico. Así encontré este escrito que me llamo la atención porque la autora hace preguntas en donde quedan implícitas las respuestas.
Sylvia.


PUNTO DE VISTA
Dios y las mujeres
María Josefa Coronel/Diario El Universo, Ecuador

Gran problema parecen tener quienes escriben la historia en
reconocer el puesto que le corresponde a la mujer junto a Dios. Por ello es que a los verdaderos historiadores les toca desempolvar la verdad, seguir escarbando y un día no muy lejano dejar en claro el rol de la mujer, su feminidad y hasta su sexualidad en colaboración con el Reino de los creyentes.

No sabemos con exactitud si fue Constantino el primero en hacer trampa en la historia religiosa occidental. Emperador romano que por sus intereses políticos detuvo la persecución a los cristianos, convocó y lideró el primero de veintiún concilios que tiene la Iglesia. Allá por el año 325 d.C. invitó a los líderes cristianos de diversas regiones, ya que entre ellos aún mantenían desacuerdos teológicos. Fue el llamado Concilio de Nicea y en donde, según el periodista historiador Joseph Guijarro, de entre ochenta versiones de la vida de Jesús se eligieron solo cinco; es decir, las que hoy constituyen el Nuevo Testamento.

Pero, supongamos que Constantino, a más de matar a su hijo y a su esposa, eligió correctamente dichas versiones, la Historia, bien leída, nos da más de un ejemplo de que la figura Divina de la hembra humana es enterrada en el olvido deliberadamente.

Ejemplos como Nefertiti y Nefertari, quienes restituyeron el poder de las esposas divinas, pero que finalmente fueron traicionadas. O como Cleopatra, quien fuera calificada injustamente como la meretriz política de la era Antigua. Tal vez por haber sido estratega por excelencia, ya que no solo mantuvo lazos estrechos con Grecia sino que de vez en cuando lucía helénica, no esperó ser conquistada por el imperio sino que ella “invadió” a Roma primero, vistió como Isis y poco le faltó para gobernar el mundo.

En nuestra era, ¿qué sucedió con María y Magdalena? Una la madre y otra la amiga. A la primera solo después de casi 400 años, en otro concilio, se le reconoció como madre de Dios, a la otra, otros cientos de años más tarde se la calificó como prostituta.

Parece ser que la costumbre de esconder a la mujer no la abandonan, pues hoy ni puede haber sacerdotisas, ni los curas pueden casarse y, que yo sepa, los apóstoles tenían esposas.

Y de los sacramentos institucionalizados por el mismo Jesús, el Bautismo, con Juan, la Comunión en la Última Cena y la Orden Sacerdotal con sus apóstoles, solo el que se refiere al Matrimonio, es decir, aquel que requiere de una mujer para perfeccionarse, Él no lo lidera, ya que asiste como invitado. No lo protagoniza como el resto, y si nos toca creer que Él no lo lidera, tendríamos que aceptar que María, su madre, es la que juega el rol protagonista en Caná, que de paso, es quien impone el Misterio y gracias a ella el agua se convierte en vino.

¿No debería entonces, en lógica consecuencia, la mujer ser reconocida como hacedora y cómplice de los milagros en lugar de ser la representación del pecado o de la sumisión?