Sunday, October 30, 2011

EL NEOMACHISMO

Otro aporte interesante, se suma al intento de seguir indagando el porque del machismo aun en las sociedades desarrolladas y concientes de la necesidad de la equidad; No sobra recomendar el libro de Miguel Lorente.(Los nuevos hombres nuevos).

El neomachismo
Enero de 2010, por : Amparo Rubiales

Nunca pensamos que cuando nuestra democracia se fundamentó, entre otros principios, en la libertad y la igualdad, nos iba a ser más difícil hacer a esta última efectiva y, sin embargo, el miedo a la libertad del que escribió Erich Frömm no era nada comparado con el miedo a la igualdad, más generalizado y resistente.

Los que defendían "los valores" de la sociedad patriarcal, aunque lo razonaran de muy diversas maneras, eran calificados de machistas. Empezaron a estar mal considerados y fueron disminuyendo "de boquilla" los que así se denominaban; pero cuando la igualdad se va haciendo más plena comienzan a formular nuevos argumentos que, supuestamente, no la cuestionan, pero sí su forma de ejercicio, con ideas que, en ocasiones, llegan a parecer incluso "razonables". Parecen distintas de las de siempre aunque, en el fondo, desean lo mismo: la subordinación de las mujeres.

Miguel Lorente, en su libro denominado Los nuevos hombres nuevos. Los miedos de siempre en tiempo de igualdad, sostiene que el género masculino ha urdido nuevas tramas para defender su posición de poder, y éstas se basan en los supuestos problemas que la incorporación de la mujer a la vida activa ha tenido, sobre todo, en el ámbito de las relaciones familiares. A esta nueva estrategia la denomina posmachismo, por haber nacido, dice, en el contexto de la posmodernidad, y por haber mantenido desde su aparición una cierta distancia respecto a las posiciones clásicas del machismo o del patriarcado.

Sin embargo, y aunque me parece absolutamente correcto todo lo que argumenta, creo que es mejor denominar a esta nueva forma de pensamiento como neomachista, porque, cada día más, se está transformando en una nueva ideología que se va extendiendo y que se caracteriza, precisamente, por tener miedo a la igualdad. Es una nueva manera de sostener las posiciones machistas de siempre, pero con nuevos discursos y nuevos contenidos. Nadie se llama hoy abiertamente, por ejemplo, fascista, pero es evidente que hay una nueva manera de serlo, y a éstos se les denomina neofascistas.

Los neomachistas equiparan el feminismo con el machismo, tratando de crear confusión en algo que no puede tenerlo, porque pretenden cosas opuestas: éste la primacía del varón y aquél la igualdad entre mujeres y hombres. La diferencia es tan grande que no merecería la pena ni explicitarla, a no ser porque el neomachismo intenta confundir, para poder mantener mejor sus nuevas posiciones, encaminadas, como siempre, a cuestionar los derechos de las mujeres, su autonomía y la independencia ganada. No cuestionan, dicen, la igualdad, pero sí las consecuencias de su ejercicio; están en contra de la violencia de género pero manifiestan con reiteración, por ejemplo, que hay demasiados casos de denuncias falsas, sin añadir que, si así fuera, se estaría cometiendo un delito que hay que denunciar, como en cualquier otro caso.
Hay algún juez que da miedo por las cosas que dice -no quiero ni nombrarlo porque es lo que le gustaría-, pero existen, desgraciadamente, demasiados -también alguna mujer- teóricos del neomachismo que surgen diariamente y que tenemos que desenmascarar como hicimos con los machistas.

Consideran la igualdad como una amenaza, pero no para ellos sino para las relaciones sociales, y lo exacerban en lo más extremo: la violencia de género. El feminismo siempre ha sido ridiculizado y hoy, con nuevas formas, lo vuelve a ser con fuerza. Así, hablan de revancha de género, de feminismo resentido, dogmático o radical, sin más intención que la de volver a "demonizarlo".

Son manifestaciones de ese miedo a la igualdad que los neo -machistas tratan de extender de diversas maneras: sacralizan, por ejemplo, la lactancia materna, culpabilizando a las madres que no pueden practicarla; hacen responsables a las mujeres de los problemas de los menores, con la teoría del "nido vacío"; y del aborto ni hablemos, parece que es un capricho de algunas. Ninguno de ellos dice que está en contra de la igualdad sino que, por el contrario, afirman que somos las mujeres las que estamos haciendo una sociedad con graves problemas de convivencia como consecuencia directa de nuestra necesidad de ser libres e iguales. Nunca entendieron que sin igualdad la libertad no existe, y que aquélla o es real o no es igualdad, y la democracia las exige ambas.

Las mujeres siempre hemos tenido que alcanzar cosas con las que los hombres ya nacían; nos relegaron al mundo privado y hemos ido conquistando -con muchos años y esfuerzo- parcelas de lo público, pero llevando siempre a cuestas la vida privada. Los hombres, que tenían destinado como propio el mundo público, lo han mantenido, y su incorporación al otro mundo lo está siendo en mucha menor medida, de ahí las resistencias a la igualdad que perviven -pese a lo mucho que hemos avanzado- sobre todo en los países desarrollados, porque en otros muchos todavía siguen con el burka, símbolo de la mayor de las discriminaciones que padecen las mujeres.

Tenemos que acabar con todos los burkas del mundo, sabiendo hacer frente con la misma contundencia a los viejos argumentos y a éstos más sutiles del neo-machismo.

Wednesday, October 19, 2011

Monday, October 17, 2011

ECOFEMINISMO PARA UN MUNDO POSIBLE

OCTUBRE 17, 2011
Ecofeminismo para otro mundo posible

Por fin un libro que ofrece al feminismo claves ecológicas imprescindibles y al movimiento ecologista claves feministas ineludibles para construir otro mundo posible. Alicia Puleo ha sido pionera en el ecofeminismo. Implicada desde hace una década en su investigación, ofrece en su nuevo libroEcofeminismo para otro mundo posible una visión sólida, madura y práctica de los retos a los que nos enfrentamos en nuestro día a día para construir una sociedad más ética y sostenible.

Cuando coordiné un curso sobre ecofeminismo en la Universidad Complutense de Madrid a finales de los años 90 me dio la impresión de que nos faltaba en la cultura ibérica y latinoamericana referentes de elaboración propia que tuvieran que ver con la línea de feminismo que yo seguía – dice Puleo- y empecé a profundizar en ciertos aspectos de la teoría y de la acción.

Cuenta que quería un libro artesanal y sin duda lo ha conseguido. Ha sido como un sueño, noches enteras leyendo, investigando, siguiendo el hilo de la curiosidad. El libro es el resultado de cinco años de trabajo y mucha reflexión

Ecofeminismo para otro mundo posible conecta el feminismo con los movimientos sociales del siglo XXI y presenta un ecofeminismo que recoge el legado igualitario.

Imposible pensar en otro mundo posible sin tener muy presente la desigualdad del reparto de la tierra -apenas el 1 por ciento de la propiedad de la tierra está en manos de las mujeres-

Alicia Puleo plantea en su libro una crítica contundente al neoliberalismo y su responsabilidad en la destrucción del planeta. Denuncia la desigualdad brutal en el reparto de la tierra, la feminización de la pobreza.

Los problemas del planeta nos unen por definición a todas las personas del mundo pero de manera especial para las mujeres. Las mujeres unidas, las del norte y las del sur, las de los países desarrollados y las de los países en desarrollo, tenemos mucho que decir y somos decisivas para dar un giro global al futuro.

¿ES POSIBLE UN ECOLOGISMO SIN PERSPECTIVA DE GÉNERO?

Existe. No hay más que ver la gran cantidad de materiales destinados a la formación en ecología y protección medioambiental en los que las mujeres permanecen invisibles. También ha habido alguna declaración infortunada de líderes ecologistas anglosajones que llamaban a las mujeres a volver al hogar porque era más ecológico. O, para seguir con el tema del multiculturalismo, se ha mitificado la relación de pareja de sociedades etnológicas en las que las mujeres se encuentran totalmente sometidas. Pero también hay que decir que una parte importante del movimiento ecologista está integrando la perspectiva de género y se interesa por el ecofeminismo. Esta tendencia es inteligente y tiene futuro.

APORTACIONES A LA LITERATURA FEMINISTA Y A LA LITERATURA ECOLOGISTA

En primer lugar, el libro aporta un acercamiento filosófico entre feminismo y ecología para el siglo XXI, una proximidad amistosa que contribuya a la riqueza del pensamiento y de la praxis de ambos, sin subordinaciones. Señala las conexiones y las dificultades de esta relación. Aspira a ofrecer al feminismo algunas claves ecológicas actuales relevantes para las mujeres; y al ecologismo, las claves feministas que necesita para profundizar en ciertos aspectos de su teoría y de su acción.

¿Qué interés tiene para las feministas?

En primer lugar, ofrecer un ecofeminismo no esencialista, una teoría que no presente a las mujeres como “seres más natural es” que los hombres. He buscado plantear un ecofeminismo que no reniegue de las conquistas del feminismo ni apele al misticismo y sea, por lo tanto, accesible a feministas que no se sienten atraídas por prácticas de corte espiritualista. Desde mis propias coordenadas históricas y personales, he forjado una propuesta basada en el legado de crítica al prejuicio y en la demanda de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Por eso he dedicado dos capítulos al tema de la sexualidad. He querido también llamar la atención sobre aspectos de nuestras sociedades que generalmente pasan desapercibidos y que, sin embargo, afectan al colectivo femenino de manera especial. Pensemos, por ejemplo, en los agrotóxicos y otros productos químicos promovidos por quienes no atienden al bienestar de la gente, sino a los intereses del mercado. Esas sustancias tienen consecuencias negativas para el organismo por su estructura molecular similar a los estrógenos. Voces médicas calificadas han señalado su incidencia en los cánceres ginecológicos y también en el síndrome de hipersensibilidad química múltiple que afecta sobre todo a las mujeres.

Desde el lado positivo, también se trata de visibilizar el protagonismo de las mujeres en una gran variedad de acciones inspiradas por el pensamiento y el sentimiento de una continuidad entre lo humano y lo que llamamos Naturaleza. Hay mucha energía puesta por las mujeres en el Movimiento de Soberanía Alimentaria, en la defensa compasiva de los animales, en el cuidado de la Naturaleza…

Por otro lado, creo que el feminismo tiene que pensar la futura sociedad sostenible para hacer lo que he llamado “una negociación preventiva” con respecto al momento en que tengamos, por la fuerza de las cosas, que salir de esta sociedad de consumo del “usar y tirar”. Hay que plantear las reivindicaciones feministas con respecto al modelo ecológico del futuro. Nadie lo hará si no lo hacemos nosotras.

¿Y cuál es el interés que tiene para la gente que no necesariamente se define como feminista?

Muchas veces el no definirse como feminista se debe a un desconocimiento del verdadero significado del término “feminismo”. Se cree que es algo similar a “machismo” pero al revés, es decir, que sería una ideología de la superioridad y la prepotencia femeninas. El feminismo no es eso, por el contrario. Es la demanda de igualdad y respeto entre los sexos. Supongo que habrá alguna gente ecologista que no se defina como feminista pero quizás le eche un vistazo al libro para ver en qué sentido el feminismo puede aportar adeptas a su causa. Espero que sea la ocasión para ese tipo de ecologistas de comprender qué es el feminismo y por qué todas y todos deberíamos asumirlo si queremos un mundo más justo.

INTERCULTURALIDAD

Tenemos mucho que aprender en Occidente de otras culturas, en especial de los pueblos originarios de América, que no han pensado la relación con la Naturaleza en términos de dominio y explotación sino en clave de cooperación. Su voz y su acción contra la devastación ambiental son hoy en día fundamentales para el futuro de la humanidad y del planeta. Yo planteo en el libro una interculturalidad y no un multiculturalismo indiscriminado. Esto significa que debemos evitar la idealización de sociedades que opriman a las mujeres. Todas las culturas tienen aspectos positivos y negativos, incluida la nuestra, y todas pueden aprender de las demás. El criterio para comparar y mejorar ha de ser el grado de violencia, justicia, igualdad y sostenibilidad que presenten.

EDUCACIÓN EN VALORES

Educar en valores es uno de sus objetivos de Ecofeminismo para otro mundo posible. Participa de la búsqueda de una cultura con nuevos valores de no violencia que integre las experiencias de las mujeres, tan a menudo silenciadas. Además de ese sentido general, dedico una parte a la educación ambiental con perspectiva de género. Creo que una de las asignaturas pendientes que tenemos es la puesta en práctica de una educación emocional ecológica. La razón necesita de la pasión para cambiar el mundo.

Enlaces que pueden interesar:
El libro: Ecofeminismo para otro mundo posible. Índice y más referencias.
El Blog de Alicia Puleo
Entrevista (2004) Alicia Puleo: “Existe un ecofeminismo para la igualdad en el futuro modelo de desarrollo”. Por Juan Carlos Ruiz
Video Ecofeminismo, ecología y movimiento feminista. Conferencia realizada por Alicia Puleo.
Textos de Alicia Puleo

Sunday, October 09, 2011

Carta abierta a l@s congresistas en Colombia

Carta abierta en rechazo a la iniciativa legislativa de reforma al artículo 11 de la constitución que busca eliminar el aborto en casos extremos
Señores, señoras Congresistas de la República de Colombia


Considero que la iniciativa presentada al congreso colombiano para penalizar el aborto bajo cualquier circunstancia, lejos de atender la realidad, busca un debate ideológico en el que lo menos importante es el bienestar de las personas.
Me preocupa observar cómo el tiempo para legislar que tiene el congreso, se gasta en discusiones que van en contravía del respeto a la vida, la dignidad de las personas, los derechos humanos y los avances de la ciencia. Es lamentable que haga carrera la iniciativa de reformar el artículo 11 de la Constitución para “proteger la vida desde la concepción hasta la muerte natural”, y les explico algunos de los por qué:
 La penalización del aborto no salva fetos, pero sí mata mujeres. Está visto por siglos que cuando una mujer toma la decisión de no tener un hijo, no hay pena en el Código Penal ni en la justicia divina, que la disuada. La ilegalidad sólo la obliga a acudir a procedimientos inseguros que ponen en peligro su vida o su salud. La penalización no es la solución.
 El aborto es un asunto de salud pública. Según el informe recientemente presentado por el Instituto Guttmacher, una cuarta parte de los 400mil abortos que se practican al año en Colombia, tiene complicaciones. A mayor dificultad para acceder a servicios legales y seguros, las mujeres de menores recursos exponen más su vida. Más que un dilema moral, este es un asunto de justicia social.
 Enfrentar, no prohibir. Interrumpir un embarazo no es una situación fácil, la disminución en la tasa de abortos es altamente deseable, tanto como la de los embarazos no deseados. La discusión debe estar en cómo mejorar la educación sexual, cómo garantizar el acceso universal a los anticonceptivos y cómo eliminar la violencia sexual. Una verdadera preocupación por el bienestar de los no nacidos debería buscar que se garantice la atención prenatal gratuita a todas las colombianas que decidan tener hijos, los niveles nutricionales adecuados para ellas y los servicios de salud que aseguren su bienestar y el de su hijo o hija por nacer.
 La dignidad de la mujer. Enviar a la cárcel a mujeres víctimas de violación o mujeres que buscan proteger su vida o su salud, es desconocer que la mujer es un ser humano plenamente digno que no puede ser tratada como máquina reproductiva de la especie humana.
 Esta reforma no protege la familia. Las decisiones de tamaño y forma de la familia, que corresponden a quienes la integran, con esta reforma corren el riesgo de quedar en manos del Estado que podría, amparado en la protección de “la vida desde la concepción”, prohibir procedimientos como la fertilización in vitro. Grupos conservadores y religiosos lograron que esto sucediera en Costa Rica, único país en occidente donde este método de reproducción asistida es ilegal, bajo el argumento de que “una inmensa cantidad de embriones muere en el proceso”. De igual manera, la Anticoncepción de Emergencia –AE y el Dispositivo Intra Uterino –DIU, podrían ser catalogados como abortivos y, en consecuencia, prohibirse.
 Bloquea avances legislativos a mandatos constitucionales. La muerte asistida y el derecho a morir dignamente fueron declarados acordes con la normativa constitucional colombiana desde 1998; su reglamentación está desde entonces pendiente en el congreso colombiano. La protección de la vida “... hasta la muerte natural”, cierra de manera definitiva la puerta a desarrollo legislativo alguno en este tema, poniendo en riesgo el ejercicio de derechos a la autonomía y a una vida digna.
Espero que mi firma de rechazo, y la de todas las personas que respaldamos esta carta, pongan freno en el congreso a la inclusión de una agenda católica que se presenta en abierta oposición con la realidad y con los principios laicos de nuestra Constitución.
Monica Roa.