Feminismo
Son dos décadas
que la Corporación Humanas celebra como una renovación de votos por
nuestra opción política feminista, por la defensa de los derechos
humanos, por la participación y construcción de paz con las mujeres en los
territorios, por una existencia libre de violencias, sin guerras, por un Estado
no militarista, por la naturaleza, por la vida toda.
Transcurridos veinte años, nuestra historia hoy toma
nuevo vuelo para declarar que el feminismo es nuestra opción. Con el feminismo
aprendimos a bailar la justicia, a cantar la libertad y a oler la paz. El
feminismo es nuestra declaración por la vida. Es una invitación a un mundo que
renueve su pacto de humanidad.
¿Y eso qué significa? Para nosotras significa , por lo
menos, tres cosas:
Primero
significa que la guerra NO nos representa. ¡Ninguna guerra!
Seguiremos marcando este horizonte ético y político
por la no violencia y la condena de todos los discursos armamentistas y
guerreristas.
Recordamos a Hannah Arendt cuando dijo: "Quien
causó la guerra no fue un monstruo”, sino un hombre "terriblemente
normal”. Los mismos que provocaron el Holocausto: los que están causando el
genocidio en Gaza; los que promueven la guerra dentro y fuera de sus países, en
Ucrania, Rusia, Haití, en el Salvador… Son los mismos que cometieron y cometen
violencias en los territorios colombianos, en Cauca, Chocó, Catatumbo: esos
hombres “terriblemente normales” que han perpetrado más de 300 feminicidios en
Colombia, este año.
No nos representan los guerreros, los armados, los que
proclaman por las salidas militaristas. Creemos en un mundo en paz, con
soluciones negociadas de los conflictos.
En segundo lugar, cuando decimos feminismo, estamos
haciendo un llamado desde los derechos humanos por un mundo no solo para las
mujeres. Es un llamamiento a la construcción colectiva de un mundo para la
humanidad; un mundo que se conmueva ante las injusticias, la pobreza, las
tragedias, pero también ante la belleza, la generosidad, la solidaridad; una
humanidad capaz de defender la vida y reconozca la diversidad porque –como
afirma Dora Hayward– “la naturaleza misma es diversa”.
Las feministas hemos sido víctimas de la exclusión y
la discriminación, y nuestros cuerpos han vivido y sufrido la rabia del
patriarcado. Por eso, los cuerpos de las mujeres y de las personas trans, de
las mujeres negras, indígenas y mestizas, de las mujeres migrantes, de las
niñas, hoy siguen clamando por una humanidad distinta.
Y, tercero, el feminismo como declaración
ética y política significa también el feminismo de la alegría. Hoy
tenemos todo el derecho de hablar con tono celebratorio. Celebramos el
feminismo y celebramos nuestras luchas. Celebramos los feminismos que nos han
llevado a optar por mundos más justos y más humanos para todos, todes y todas.
Nos cruza un contexto mundial anti-derechos y
pretensiones de retroceso de nuestras conquistas, y esto solo indica que sí hemos
avanzado. La rabia del patriarcado ruge, pero nuestros procesos han alcanzado
transformaciones significativas y se han actualizado con las nuevas
generaciones feministas, que también se movilizan por las luchas
identitarias, el cuidado del agua, la alimentación sin venenos, en fin, por un
relevo en la defensa y el cuidado de la VIDA.
No somos ingenuas. Ese patriarcado cabalga, pero ya no
será sobre nosotras, porque cada mujer que lucha, cada defensora de derechos
nos da continuidad: cada pueblo que combate de manera pacífica, en resistencia
defiende la diversidad de la vida.
Aprendimos juntas en los
feminismos, de los feminismos y entre feministas; Estamos
dispuestas, en los reconocimientos mutuos, a dar los debates pendientes, los
nuevos y los futuros. No somos monolíticas, pero estos tiempos exigen que
estemos juntas, y a eso las invitamos.
Ya ganamos: hoy nada puede acabar con el feminismo.
Escrito por: ADRIANA BENJUMEA RUA (COLOMBIA)