Saturday, April 02, 2011

APOCALIPSIS

Está de moda, siempre estuvo pero hoy con más fuerza y con ella la invasión en la web y los medios de información escritos; sin precedentes, particularmente los espacios virtuales se han multiplicado ferozmente, las especulaciones y los pésimos escritos camuflados de investigación y “firmados” por “científicos” colman el apetito de la “revelación” su peso esta orquestado en todo lo que conocemos y también en lo que “no conocemos”, la literatura, el arte, música, cine, números, arquitectura, colores; de nuevo la mezquindad y las mentalidades teólogas hacen su agosto.

La desinformación es un beneficio muy claro para las religiones, es la mejor forma de albergar el miedo y mantenerlo so pena de crear más infelicidad sobre todo a aquellos que han sido afectados por los desastres naturales.

No en vano vimos la satanización del país como Haití, la magnificación del tsunami fuera del contexto científico alimentó la ignorancia en muchos por no decir la mayoría; allí en el mismo en Haití quedo grabado en el imaginario que lo vivido fue una sanción de dios.

En el supuesto religioso y aun en los indecisos escépticos los escenarios que se han producido y que se están sucediendo y que seguirán pasando como fenómenos naturales o desastres naturales explicados por la ciencia, según ellos no son innatos a nuestro planeta tierra; de nuevo el beneficio de la fe florece como paladín sobre la razón.

Parecería que nos devolvemos al siglo XVI, la mirada, la discusión, la disputa de nuevo centrada en el absurdo “la revelación” que llena las mentes adultas y trágicamente las infantiles, cuando la maquinarias religiosas enaltecen su “revelación” cerrando las puertas a la ciencia y a la investigación.

Ulrich Kunse dice “el pensamiento apocalíptico basado en el imaginario cristiano ha influido en la historia de occidente al punto de convertirse en un fenómeno generalmente aceptado”, tampoco se equivoca cuando dice…” En ese sentido la tragedia del Japón representa, una catástrofe total, porque no solo se trata de un desastre natural sino tecnológico” “Por eso es apenas comprensible que los apocalípticos hayan vuelto a salir a las calles a pregonar el fin del mundo.”

No extraña entonces que la mirada apocalíptica, no solo paraliza las mentes sino también, colapsa la responsabilidad que gravita a la ayuda que el Japón tanto necesita.
Sylvia Alonso

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